Documental "El Guerrillero" de Diego Grez-Cañete. La historia de Chito Morales. 

Fotografía de Fernando Gonzalez Ríos

RECORDANDO A ARCHIBALDO MORALES VILLANUEVA:
“ CHITO MORALES “
Reseña biográfica, social y profesional, escrita por Sergio Morales Morales, y leída por Eugenio Andrés Jaramillo Muñoz, frente a las cenizas de Chito Morales, el viernes 14 de diciembre de 2018, en el Monolito de  los Detenidos Desaparecidos, en la Plaza de Armas, de San Fernando.
 Para los sanfernandinos que peinamos canas y en nuestras mentes sobrellevamos millones de recuerdos, no es difícil hablar de Archibaldo Morales Villanueva, nuestro querido y añorado Chito.
 Y no lo es porque su sensible personalidad  se allegaba a todos los estamentos de nuestra comunidad, especialmente a los pobres y esperanzados y también a los pudientes, con su peculiar empatía.
 El Chito, se incorporó a la Radio Manuel Rodríguez, CC 148, como locutor en la medianía del siglo XX. La llegada de Chito a la emisora fue el más grande acierto de don Luis Guerra Cruzat, propietario de la radio, porque junto a las condiciones naturales de locución como la voz profunda, dicción intachable, conocimientos de los temas, rapidez mental y fluidez intelectual, se encontró con un joven muy inquieto, dinámico y lleno de proyectos.
 Muy pronto se transformaron en un equipo. Así la Manuel Rodríguez, CC 148, se instaló de pleno en los aparatos de radio de la comuna y la provincia de Colchagua.
 Los programas musicales contenían, principalmente la música romántica, con boleros y tangos, sin olvidar la criolla, la mejicana y la selecta . Incluso programas infantiles y de interpretación musical en vivo. 
El programa postrero era el romanticismo puro, con la sexy voz de Chito y los versos de los históricos líricos que cultivaba, desde los tiempos del Instituto Errázuriz, donde estudió las humanidades. 
Su carácter de hombre orquesta de la radio lo hizo transformarse en un certero publicista:

 ¡Este dieciocho póngase un chaleco de tinto! 
 ¡Savac Gas, el primero con el gas!
 ¡Camine mejor y mucho más, llegaron las sandalias de fama mundial ¡
 ¡Produzca mejor con mejores precios con el abono más bacán! 
 Todas las campañas publicitarias de éxito tenían su sello, porque para llegar al consumidor sabía el lenguaje y tonos precisos. Sabía llegar al pueblo.
 Su injerencia cubrió tanto horizonte, que independientemente, también fue contratado para campañas políticas, cuestión que le provocó problemas por ser militante del Partido Comunista.
 Su vida estaba plena, formó su hogar, llegaron los hijos,el trabajo a todo dar. 
Sin olvidar jamás su condición de hombre social, preocupado por los pobres.
 Respaldado por el dueño de la radio, asumió una diversidad de asuntos solidarios, que a veces culminaban en maratónicas campañas, donde lograba unir a todos los vecindarios, haciéndolos competir entre sí para ayudar al necesitado. Su llegada con el empresariado, por su don de eficaz publicista y agradable platicador, le permitía obtener jugosas donaciones en pro del objetivo.
 El 300 era el número más solicitado de San Fernando. Él lo llamó “El teléfono de la esperanza”. Era el número de la Radio. Hasta los niños lo sabían.
 El deporte también encontró allì su soporte para los torneos extra comunales. Un motor para un auto deportivo, financiamiento para el basquetbol, integración al futbol pagado.
 Y  en lo social, ayuda al damnificado, al inundado, al incendiado, al inválido, al artesano sin su herramienta, al cantante sin su guitarra.
 Archibaldo Morales Villanueva, formaba parte de una numerosa familia de la zona.
 Desde siempre tuvo acceso a muchos libros, formándose un poderosa raigambre intelectual.
Queriendo que el conocimiento fuera más generalizado, creó programas radiales de concursos de saber,  destreza, los cuales pudimos apreciar años más tarde en la naciente televisión: “Feliz coincidencia”, “La carrera del conocimiento”,  “El Bachillerato” y otros, mantenían una audiencia cautiva. Se concursaba en el estudio de Quechereguas 405 o a través del fono 300.
 El 1 de Mayo de 1952, aparece por primera vez en San Fernando el periódico “La Región”, fundado por don Ramón Morales Moraga y sus hijos.  Su carácter de independiente avizora en Chito la posibilidad de vaciar sus inquietudes en el periodismo escrito. Se incorpora como reportero policial y articulista. Su columna de critica  era firmada como “Juan Dos”, por su admiración al periodista y abogado Juan Danús Roselló, a la fecha director de “La Voz de Colchagua”.
Chito se tomaba muy a pecho esa sentencia latina “Verba volant, scripta manent”, es decir: "Solo o escrito permanece , las palabras se las lleva el viento" . Por eso inicia la etapa más sobresaliente  para nuestra historia regional y divide su trabajo en dos áreas: periodismo oral y periodismo escrito.
 Entretanto viaja por Europa y conoce el sistema socialista in situ. Su experiencia la da a conocer a través de innumerables crónicas de viaje, que publicó en “La Región”.
Sobre lo mismo da numerosas charlas en distintos lugares de la provincia, particularmente en sedes sindicales.
 En realidad es muy difícil determinar en que ámbito no estuvo involucrado Archibaldo Morales. Había actores nacionales que lo visitaban, a veces, por mucho tiempo, como Jorge Montenegro, con su obra “El Prestamista” o humoristas, como Jorge Romero Firulete, el primero de Chile en la época, pero también llegaban magos, hipnotizadores, mimos, folkloristas y una variada gama de personajes que tenían como punto de referencia en Colchagua… a Chito Morales.
 Ejercía, además, corresponsalías de radios capitalinas, siendo lo más notable cuando a través de Radio Portales notifica al mundo la sobrevivencia de los rugbistas uruguayos, malogrados en la cordillera frente a San Fernando.
 Edita en la imprenta La Región, un  folletín al que denomina “El Guerrillero”. Allí vaciaría sus dotes revolucionarias y sus aspiraciones de cambio.
 Abre en sus columnas especial preocupación por el desarrollo de la cultura, proponiéndose respaldar actividades que estaban reducidas a espacios muy pequeños. Auspicia la Primera Exposición Fotográfica del novel Fernando González Ríos, sobre el tema: “Santa Rosa de Pelequèn”. Un grabado de esos obtuvo más tarde un Premio Nacional, y fue considerado por la Universiad Católica, como digno de nuestra historia, por lo tanto fue impreso a la circulación nacional.
 En esta semblanza de nuestro recordado Chito, no podemos dejar al margen su espíritu de superación y el goce por el trabajo en equipo.
 Concursó para la Radio Habana de Cuba y se ganó un  viaje que le dió un conocimiento pleno de la revolución cubana, hizo innumerables entrevistas y escribió muchas crónicas.
 Apoyó las instituciones de progreso y caridad.
 Produjo radioteatros que tenía mucho impacto a través de las compañías de la capital. No obstante “La Tragedia de Alpatacal”, fabricada en los estudios de Radio Manuel Rodríguez, fue emitida en Santiago.
 Dejó un libro de poemas inconcluso y en algunas ocasiones concursó a ser poeta laureado en las fiestas primaverales que  hicieron época. 
Formó parte del elenco que deleitaba en los Clásicos Estudiantiles, del Liceo de Hombres y Escuela Industrial.
 Con el triunfo de la Unidad Popular, consolida su periódico “El Guerrillero” que había tenido temporadas intermitentes, por las dificultades económicas. Su respaldo al Presidente Allende lo ubican en las posiciones de avanzada, con valentía, coraje y esperanza.
 Su muerte dejó a un pueblo sin su atalaya, una revolución sin vocero y un estandarte sin contenido
 Por más de 23 años, San Fernando y la provincia gozaron de su ingenio en el área de las comunicaciones y las instituciones, de toda índole, supieron del beneficio de su apoyo.
 Respecto de su muerte, la Comisión Valech, dijo oficialmente que:
 “Tomando como antecedentes: El que la víctima gozaba de buena salud antes de su detención; que permaneció durante un largo periodo detenido e incomunicado; que regularmente le fueron aplicadas torturas, apremios y malos tratos, según versiones de testigos verosímiles; que fallece estando en manos de sus captores, ésta Comisión se ha formado la convicción que Archibaldo Morales murió a consecuencia de las torturas recibidas por parte de agentes del Estado, víctima de una grave violación de sus derechos humanos”.
 Respecto de su biografía se ha escrito mucho, pero nunca lo suficiente. Ésta semblanza no es más que una mínima parte de lo que hizo en sus 43 años de vida. 
 La justicia, como en miles de causas, está en deuda con Archibaldo Morales Villanueva.
 Pero San Fernando todo, está en deuda con Chito porque no  hubo ni habrá alguien que desarrolle tamaña labor, por su progreso material e inmaterial. 
Debe estar en el pedestal, por le épica más gloriosa que vivió este pueblo.
 Que su legado no se pierda en los vericuetos del futuro es tarea de todos nosotros.
Les dejo este recuerdo en homenaje Chito Morales ,con motivo de los 43 años de su muerte,le agradecemos a Sergio Morales Morales gran amigo que nos contó esta historia.
ARCHIVALDO MORALES VILLANUEVA MI “HERMANO” MAYOR
En respuesta a tus inquietudes investigativas de los aconteceres de aquel San Fernando, estimado Cristian, años sesenta setenta, puedo contarte que…
El Chito Morales era un hombre inquieto y dinámico, de mente rapidísima, de alma creativa, de buenos y nobles sentimientos, revolucionario por dentro y por fuera, un soñador, un romántico, un pacífico, un adelantado, un amante que no escondió sus amores.
La Radio Manuel Rodríguez CC148 fue su escenario principal. Con el ordenamiento del dial esta emisora pasó a ser después CC155.
Era increíble como en ese estudio de la calle Quechereguas 405, esquina de Nacimiento, nacían y se criaban las mejores y peores expectativas de una aldea emergente con ansias de pueblo como San Fernando. En esta Radio lucía con destellos propios el Chito y sus reflejos encandilaban y alcanzaban a otras comparsas que siendo menores sus alcances no dejaban de ser importantes como: Filiberto Limardo, Arturo Lecrerc. Carlos Astete, Carlos Meléndez, Nana Ibañez, Alfonso Fuenzalida, Luis Espina, Carlos Rojas, Juan Bley, Hernán peruano Villalobos, mi hermano Jorge, Eduardo Barros, etc.etc. Otros nombres se me escapan pero estos me suenan desde el viejo aparato de radio de amplitud modulada, el cual había que prender y esperar unos instantes que los tubos se entibiaran y así poder escuchar voces y melodías. El Chito contaba aquí con la aquiescencia de su dueño don Luis Guerra Cruzat y su esposa Guillermina y del sobrino de ésta Edgardo Parraguez Rojas, visionario radio controlador que con el tiempo dio vida a Radio FM Trigal.
Teniendo al Chito como Capitán del equipo allí no solo se realizaban programas musicales y de entretención sino también concursos literarios, históricos, campañas solidarias, transmisiones religiosas, noticieros, reportajes, también era un vehículo atento a prevenir cualquier desgracia como aquella del incendio de la Enap el 68, la alerta permitió organizar a una ciudad envuelta en pánico generalizado.
El Chito también era adelantado en Publicidad y hacía funcionar las ventas del principal comercio en base a su ingenio que probablemente haya servido al mismísimo Don Francisco como fuente de inspiración.
Era un inventor. Me explico. Si las tranquilas noticias y aconteceres bajaban la sintonía entonces había que inquietar el ambiente. Creó la figura del Culebrón del Cementerio, en la época último reducto urbano, para que la sintonía subiese y día a día daba testimonios que nunca fueron reales. A ciertos personajes que arribaban a la ciudad les daba tribuna y atención para que el pueblo despertara y fuera más dinámico. A magos, hipnotizadores, físico-culturistas, circenses de cualquier carpa, brujos, agoreros, marulleros y académicos, cantantes de glorioso pasado, titiriteros, actores, humoristas, todo aquel que pasara por San Fernando y tuviera algunas de estas características o similares, encontraba en el Chito la fuente que proporcionaba a la comunidad la información. Cada vez que Jorge Romero “Firulete”, (entonces una especie de Coco Legrand) venía por la zona con el Chito tenían grandes tertulias en público y privado.
Para las Campañas políticas el Chito era el más solicitado y si un aspirante al parlamento o a la Alcaldía quería la mejor opción lo primero que hacía era buscarlo. Así sea para la propaganda radial, como la escrita o la callejera a través de parlantes móviles.
No importaba que fuese un militante de la izquierda. Fui testigo de un hecho de la causa. Encontrándome por razones de trabajo una mañana con él en su casa de calle Curalí llegó el Doctor Herrera, aspirante demócrata cristiano, en eso llega Joel Marambio, aspirante socialista y se produce el siguiente diálogo:
“Joel -- dice Chito -- te presento a mi cliente el doctor Raúl Herrera.”
“Raúl, te presento, a mi candidato, Joel Marambio”.
El Chito Morales era de convicciones claras. Los de derecha sabían que lo necesitaban para su publicidad a pesar de ser de izquierda. Los únicos que interpretaron mal esta funcionalidad fueron los dirigentes del Partido Comunista y lo expulsaron.
Era el Chito un intelectual notable. A principios de los 60 ganó el Concurso Hispanoamericano de la Casa de las Américas, hasta hoy laurel escaso para los escritores chilenos. Por tal motivo viajó a Cuba, cumpliéndose su anhelo mayor ya que Fidel Castro era su ídolo. Desde allá me mandó una postal que lamentablemente, junto a toda la literatura democrática que poseía, fue consumida por una fatal hoguera que hice en el patio de mi casa aquel septiembre de 1973.
Nunca me llamó por mi nombre o apodo, Sergio o Checho, siempre Chechito haciendo hincapié en esa letra i con cerillo en vez de punto. Yo lo sentía como un “hermano” mayor, o el me estimaba un hermano menor, no se cual de las dos cosas son las correctas. En todo caso la relación que él tenía con nuestro periódico “La Región” que fundó mi padre fue siempre estrecha. En nuestra imprenta se editó su pasquín “El Guerrillero”, de aparición quincenal y cuyo tamaño era 1/16 es decir, la mitad de un tabloide partido en dos. Después fue periódico con imprenta propia.
Los artículos de opinión que publicaba en “La Región” lo hacía bajo el pseudónimo de Juan Dos. Este es un dato importante para los que hurgan hemerotecas sobre su obra.
Conservé por años una carta que me escribió el día 10 de septiembre de 1973, sospecho que fue lo último que pudo hacer antes de convertirse en prófugo de la dictadura militar
.
Después del Golpe del 73 se mantuvo prófugo hasta que finalmente cayó en las manos aleves de la dictadura militar. Víctima de las torturas nocturnas que le hacían los militares después de sacarlo de las celdas de la policía civil murió a los 43 años.
No lo olvido, San Fernando tampoco. Fue un hombre excepcional que llenó muchas páginas de nuestra historia colchagüina. Me cuento entre los miles de admiradores que tuvo. Me inquieta si que se le tributen homenajes por su condición política y no por las demás. Se dice que el hombre es la medida de todas las cosas, el Chito fue por muchos años la medida de nuestra ciudad.
Estimado Cristian:
Hay cientos de cosas que podría agregar, pero para este 12 de noviembre y para satisfacer tu inquietud creo suficiente.
Tu atento servidor : Sergio Morales

Fotografía de Fernando Gonzalez Rios 

Agradecimientos a Fernando Gonzalez Rios por las fotografias maravillosas, a Don Sergio Morales por los brillantes textos, llenos de emocion y recuerdos, y a Cristian Ormello Bustamante por su colaboracion, conocimiento y ayuda. 
17 de Junio de 2020
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